martes, 13 de octubre de 2020

SOBRE LOS CERCONES



Esta publicación viene a dar respuesta a mi opinión a la history que publiqué ayer en mi instagram.


En ella me preguntaba a qué llevaba a una persona a ir a un cercón.

Recibí muchas respuestas, algunas sobre los propios cercones en sí, y bueno me apetecía compartir con vosotros mi impresión sobre todo esto.

Mi opinión es clara y concisa sobre el tema, allí donde no se da los pilares cinegeticos básicos de dificultad, escasez e incertidumbre por un lado, y por otro de conservación, gestión y equilibrio del medio, son posiblemente menos caza.

Esto último y aplicándolo al tema de los cercones implica que haya diferencias claramente entre unos tipos de cercones y otros y por tanto que los acerque más o menos a los valores anteriormente descritos. De todo hay en la viña del señor claro está, y no todo puede considerarse del mismo modo.

Respondiéndome de forma literal a la pregunta que me hacía, pienso que las personas que van a los cercones, ni son más ni son menos cazadores, son simplemente personas que buscan otro tipo de experiencia, dónde sumando a la incuestionable sociabilidad del acto montero, y el mejor o peor servicio que les ofrezcan (raro será que esté sea malo) buscan que dicha experiencia suponga eliminar la variable de la incertidumbre, y hacerse con animales de cierto porte, algo que en otro tipo de actos cinegéticos sociales es una lotería. 

Yo confieso que la montería en cercón de por si no es la que más me atraiga, pero respeto muchísimo su existencia, primeramente porque hay gente que vive de ello, porque centraliza unos ingresos vitales en nuestro desamparado rural, y sobre todo porque hay gente que lo consume y los disfruta.

Se que habrá gente que piense que lo mejor sería eliminar su existencia pues su imagen daña la imagen de la caza ante los ojos de la gente no cazadora, poniéndola en entredicho, pues que queréis que os diga, esto va en el mismo saco que otras muchas actividades cinegéticas con mejor aceptación global entre nosotros.

Para cerrar confesaré que mi nivel económico no me permite ni siquiera plantearme la opción de en un futuro cercano ir a este tipo de actividades, pero no me importaría hacerlo si esto cambiase de alguna manera pues para empezar me permitiría conocer este mundilllo de primera mano y sobre todo, y porque no, disfrutar de la experiencia, por supuesto  eso sí, contextualizando adecuadamente todo, y llamando a cada cosa por  su nombre. 





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