jueves, 21 de mayo de 2020

Elefantes en Botsuana. La caza herramienta de conservación



Diorama 6 de 6 de la II Exposición en Intercaza 2019.

Elefantes en Botsuana. La caza herramienta de conservación

Fue un diorama expuesto en Córdoba en su feria anual de la caza, Intercaza, que trató de acercar al público como la caza es una gran herramienta de conservación y como su prohibición puede llevar al desastre. Esto se hizo mediante el ejemplo de lo acontecido en Botsuana en los últimos años. A continuación os dejo con el vídeo de dicho diorama que sintetiza estas ideas y os muestra el diorama expuesto. 

Bajo el mismo es para mi un inmenso placer contar con un artículo preparado por Paco León, emblemático presentador del programa "De montería" del canal Caza y Pesca, y socio fundador de Topo Safaris, que os aconsejo no dejéis de leer, pues en el mismo analizará y ampliará la temática sobre la que versa el diorama. Aprovecho además la ocasión para decir que dicho diorama fue inspirado por él haya por julio de 2019, y además participó de forma muy activa en el desarrollo del mismo. El éxito del diorama que fue bastante aclamado en la feria fue en parte suyo. Sin más os dejo con vídeo y artículo.

El vídeo de dicho diorama que espero os guste:




Artículo de Paco León

Los últimos safaris de elefantes en Botswana.


“Botswana prohibirá la caza de animales salvajes a partir del año 2014”. Este anuncio tajante del presidente Ian Khama cayó como un jarro de agua fría y retumbó por las noticias de caza, aunque los pasos previos de cerrar zonas míticas como el delta del Okavango, o de especies como el león o el leopardo, ya hacían presagiar esta terrible decisión. Botswana, nombre que evoca míticos grandes safaris se cierra, en un desplome fatal que indica el final de un África que se va acabando tal y como la hemos conocido. 

Escenario en 2014. Botswana es el país africano que tiene una mayor número de elefantes, albergando aproximadamente un tercio de la población total de esta especie. Según datos del último Informe sobre elefantes (African Elephant Status Report) publicado por el “African Elephant Specialist Group” (Grupo de especialistas de elefante africano de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), entre los que se encuentran las grandes eminencias sobre elefantes Ian Douglas Hamilton, y el español Julián Blanc, al que tengo el gusto de conocer), la población en 2007 era de cerca de 135.000 elefantes, con lo que probablemente seis años después y siguiendo la tendencia de crecimiento de entre un 4 y un 5% recogido en ese informe, esta población sea actualmente sensiblemente mayor. Este buen estado de salud y el continuo crecimiento de la población de elefantes en Botswana, hace que fuese el país africano al que, hasta ese año, se le concediesen más licencias y permisos CITES, siendo alrededor de 400, probablemente más que si sumáramos el resto de licencias de estos paquidermos en el resto de países del continente. 

Botswana además es un caso curioso. Ubicado en el cono Sur del continente negro, con una superficie algo mayor de España, tan solo tiene una población de 2,3 millones de personas. Desde su independencia en el año 1966 ha tenido el crecimiento de renta per cápita más rápido del Mundo. Siendo un país tranquilo y gestionado desde la influencia sudafricana, eran ejemplo de buena gestión medioambiental. Se apoyaban en la caza para dar valor a su fauna, crear riqueza en zonas remotas, controlar a los furtivos y contribuir a la gestión de su Naturaleza. Conscientes de sus riquezas naturales se especializaron en un ecoturismo de lujo y cuidaban sus concesiones de bloques de caza. Se hacían las cosas bien y de forma sostenible, sobre todo si lo comparamos con otros países del continente. En cuanto a cazadores profesionales, operaban muchos de los mejores. Botswana ha sido siempre uno de los mejores destinos y más auténticos para cazar en África. 

¿Por qué prohibir la caza en Botswana? Pues por presiones sociopolíticas. El presidente Khama era un declarado anticaza. Además Paul Allen, cofundador de Microsoft junto a Bill Gates y multimillonario, se enamoró del país haciendo ecoturismo. Compró Abú Camp, el campamento más exclusivo del Delta del Okavango y se hizo amigo de Khama. Allen le ofreció el mismo dinero anual que sacaba el país por la caza, si prohibía la misma. Eso si, se quedó para él uno de los mejores bloques del Okavango. Esta es la historia no oficial, pero bien sabida por los profesionales, y ejemplo como a veces las buenas intenciones basadas en ideología o sentimientos y no respaldadas por la ciencia, acaban provocando un auténtico desastre. 

¿Y qué pasó al prohibir la caza en Botswana? Pues lo que suele pasar cuando se cambian las cosas que funcionan. En un principio la población de elefante seguiría en aumento. Al encadenar años tan secos como los que hemos vivido en esos años, arrasarían con la escasa comida y numerosas especies se verán afectadas y disminuirá su población. Se dice que en zonas con superpoblación de elefantes como el Parque Nacional de Chobe, están disminuyendo alarmantemente poblaciones de búfalo, cebras o ñues porque hay demasiada distancia ya entre las zonas de agua y las zonas de comida; y al escasear estas y otras especies se ven afectadas las de grandes predadores como leones o leopardos. 

El gobierno siguió centrándose en la misma red de Parques y Reservas, que es dónde ha estado recibiendo beneficio de los turistas. Al no ocuparse nadie de los bloques de caza y al no haber recursos para gestionarlos, se dejó de bombear agua de pozo para llenar charcas en las que los animales salvajes llevaban bebiendo décadas durante la época seca, y muchos acabaron muriendo. 

Numerosas familias que llevaban generaciones viviendo de la caza se quedaron sin trabajo y por tanto sin recursos económicos, y se vieron obligados a empezar a cazar furtivamente, auspiciados por las redes internacionales de tráfico ilegal de marfil, muy beneficiadas por esta situación. Además todos los antiguos grandes bloques de caza se quedaron sin ninguna protección y sin recursos. En zonas de comunidades locales el impacto de elefantes fue muy grande, ya que diezmaron acuíferos y comieron los recursos de su ganado y su agricultura, perjudicando a una población muy empobrecida ya de por si. Pese a que el gobierno les prometió pagarles el 100% de los daños, seguramente esos pagos se retrasaron y en consecuencia estas gentes se verían forzados a cazar elefantes ilegalmente para evitar esos daños.

Una prueba demoledora de todo esto es que en absolutamente todos los países africanos donde se ha cerrado la caza o donde no hay una caza legal controlada, todas las especies han disminuido su población y en algunos casos prácticamente ha desaparecido. Sirva de ejemplo Sudán, Kenya, Uganda, etc. 

Pronto la comunidad científica internacional puso sus ojos en el problema y empezaron a sonar voces en contra de la prohibición. No solo de organizaciones y asociaciones de cazadores sino también de muchos conservacionistas y científicos. Varios manifiestos, como el de la UICN de 2016 declaraban la importancia de la caza legal como herramienta de conservación y freno a los furtivos. 

Finalmente en 2019 se declaró la reapertura en 2020 de la caza en Botswana. Son 6 años perdidos, que esperamos que no sean definitivos para la conservación del elefante y otras especies en este precioso país. 

Paco León.






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