jueves, 8 de agosto de 2019

PLAYMORECECHO DE CORZO EN MONTEJO

Tal y como os comenté en la anterior entrada (pincha aquí), el pasado mayo hicimos un gran rececho a un corzo selectivo en Montejo de la sierra, filmando el mismo para publicarlo en el canal de YouTube del programa de Radio Intereconomía, donde colaboró como ya sabéis como responsable de Tiempos Modernos, Caza Pesca y Naturaleza.

Pues bien, como la cabra tira al monte, para dicho documental, no me pude resistir y realicé un pequeño vídeo extra con playmobils. A continuación os dejo dicho vídeo en primer lugar que recrea el rececho, y en segundo me permito a compartiros una mayor amplitud de fotografías con un pequeño texto donde se explica la historia del rececho. Espero os gusten ambas dos cosas. Además insistiros en ver el documental real que es bastante instructivo y educativo (pincha aquí).


EL VIDEO INCLUIDO EN EL DOCUMENTAL



LA HISTORIA EN FOTOS Y TEXTOS


Hoy era un día muy especial, nos encontrábamos en Montejo de la sierra, y acompañados de José Andovas, nuestro guía, y de Marcos Ruiz, director del programa radiofónico Caza Pesca y Naturaleza y su hijo Alfredo, realizaría mi padre Emiliano un bonito rececho a corzo. 



Yo por mi parte me encargaría de grabarlo todo para realizar un documental de dicho día. 


Marcos: Pues ya estamos aquí, en un paraje extraordinario de la sierra, bueno Jose, ¿cual es el plan?


José A: Pues hora de tener paciencia, avanzar despacio y tirar mucho de prismático e incluso de oido para intentar localizar al corozo que buscamos. 


Marcos: Hoy nuestro cazador será Emiliano, el padre de Dani, ¿que tal Emiliano, estás listo y dispuesto a seguir los consejos de nuestro guia José?

Emiliano: Pues muchos nervios, pero sobre todo tengo mucha ilusión es mi primer rececho, y pese a mi edad, tengo muchas ganas de conocer la zona y de poder realizar esta cacería. Y por supuesto, no sólo seguire los grandes consejos de nuestro guia, sino también los tuyos. En la caza es muy importante saber escichar y aprender, pues nunca por viejo que se sea, nunca uno debe de creerse que lo sabe todo. 

Marcos: Esa es la actitud. ¡Vamos a ello!


Avanzavamos despacio, Jose como conocedor de la zona iba delante, seguido de mi padre y posteriormente de todos nosotros. Los nervios por localizar el corzo nos invadían, de la misma forma que nos embriagabamos de los olores y colores de la sierra. La caza al final es mucho más como por ejemplo disfrutar del entorno y la naturaleza.


"RUUUUUUU"

José A: eso ha sido la ladra de un corzo, hay que estar atentos, estamos cerca.

Emiliano por su parte sentía como un sudor frío le recorría por la espalda y el bello de su piel se le erizaba... estaba disfrutando enormemente y la emoción le invadía por completo.


Marcos: ¡ALLÍ!

Marcos lo había localizado.


Avanzamos hacía el pequeño cortado desde donde poder intentar volver a divisar al macho de corzo, que tenía que estar justo en el collado contrario.


Silencio total, y casi una simbiosis con un entorno espectacular. la búsqueda visual no cesaba. Estaba ahí, pero el pequeño tamaño del cervído y la abundante vegetación no lo ponía nada fácil.


El culo lo delató, allí estaba nuestro objetivo. 


Era el corzo que buscábamos y que nos había ladrado antes.


Antes incluso de poder asimilarlo, desapareció entre la espesura. No le llaman el duende de los bosques por nada, y con esa maestría de ocultación nos dejo allí atónitos.


Estaba allí, pero no podíamos verlo, Tocaba tener paciencia y esperar que se moviera para tener una oportunidad de lance.


Finalmente y tras mucho tiempo esperando entre José y Marcos decidían una estrategia para intentar cambiar nuestra suerte. Marcos, se deslizaría hacia el barranco, e iría subiendo hacia las matas lentamente para intentar levantar el corzo. 


Marcos ya andaba cerca pero ni rastro del corzo, la tensión podía cortarse con un cuchillo.


Nuestro intrépido presentador radifónico avanzaba despacio pero con firmeza.


Estaba ya muy cerca, y nosotros desde nuestro cortado alerta. 


Más y más cerca.



Y nosotros más y más atentos.


El avance estaba siendo demomento infructífero, ¿estaríamos equivocados y el corzo no estaba allí habiendonos dado el esquinazo en algún momento sin darnos cuenta?


Ni rastro. 


No estaba.


Dani: Un momento... ¡ALLÍ ESTÁ!

José A. ¡¡ALLÍ ALLÍ!

Emiliano: ¡No lo veo!


José A: ¡¡ALLÍ ALLÍ! te va salir a la derecha

Emiliano: ¡No lo veo!


José A: Ya ha salido a la derecha

Emiliano: ¡AHÍ ESTÁS!


El corzo se había levantado ante la presencia de Marcos y a un trote decidido avanzaba ladera alante por medio del collado. No iba a ser un lance sencillo y los nervios iniciales sobre la localización a primera instancia del animal habían sumado más si cabe tensión y adrenalina a todos nosotros.


Dani: Te va a salir a la derecha, al clarete.

José A. Se va a parar... 

Los pronósticos de Dani Y José se cumplieron, Era el turno de Emiliano, que conteniendo respiración y pese a la gran distancia (no menos de 150 metros) colocaba la cruceta sobre el corzo y disparaba

"PUMMMMMMMMMMMM"


El corzo salió corriendo como alma que lleva el diablo collado arriba...

José A: Creo que va tocado de una pata.



Emiliano seguí la carrera del animal, y lanzaba un segundo tiro.

"PUMMMMMMMMMMMMMMM"

Seguidamente un tercero

"PUMMMMMMMMMMMMMMM"



Y tras ello el corzo desapareció.


José A: Va dado Emiliano, creo que ha caído en el tercero. 

Emiliano: ¡QUE NERVIOS! ojalá esté allí, ha sido un lance espectacular, tengo el corazon en un puño de la tensión. Ha sido increíble.


Finalmente y no mucho más lejos de donde desapareció de nuestra vista aparecía el corzo, para alegría de todos y muy especialmente la de mi padre. Era un corzo muy bonito y como nota curiosa era tuerto, lo que hacía de este animal una pieza muy selectiva. 


La alegría y emoción de Emiliano junto a su corzo eran contagiosas, era muy feliz había vivido un lance muy especial, tanto por el animal, como por el entorno, sin olvidarse de las personas que le habían ayudado tanto en ese día. Era su primer corzo y eso nunca se olvida.


Allí quedábamos todos disfrutando del objetivo cumplido. Era un animal que cumplía perfectamente con nuestro propósito.


Nos encontrábamos en medio de la inmensidad de la sierra de Madrid, en un lugar privilegiado y haciendo lo que nos apasiona. Poco más se podía pedir.


Ahora era el momento de aprovechar la carne del magnífico animal abatido, pues los cazadores siempre nos llevamos y disfrutamos lo que cazamos, pero eso ya es otra historia que más adelante será contada.

FIN





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