jueves, 13 de junio de 2019

Sobre la ética en la caza y otras cuestiones.

El otro día estaba hablando con mis queridos amigos los Hunters Sibaritas, un grupo de personas de diferentes localizaciones y ámbitos sociales pero con una pasión común, el rechazo absoluto a la consumición de la Cruzcampo jaja, bromas aparte lo que nos une, es la caza. Formar  parte de este grupo de personas es todo un privilegio pues no hay días donde no aprendamos algo los unos de los otros. No hay días donde no vivamos con expectación los días de caza de los otros... La verdad, formar parte de este grupo, es formar parte de una gran familia que día tras día está en unas continuas "migas" donde las esperanzas, las experiencias y el compañerismo son patentes.

El caso, es que como decía, estábamos tranquilamente hablando en nuestro grupo de wassap, cuando salió a la palestra unas imágenes sobre unos campeonatos locales de tiro a codornices a tubo, lo que llevó a una conversación que derivó a debatir sobre la ética en la caza. Hubo argumentaciones de todo tipo desde los que defendían la prohibición de la actividad por no encontrarla ética hasta los que argumentaban que prohibir no es solución nunca de nada.



Hoy, días después, sigo con algunos pensamientos derivados de aquella conversación que quiero compartir con vosotros y otros más elaborados y con visión más genérica sobre la ética en la caza.

Quitando a los necios detractores de nuestra actividad y a aquellos que por desgracia no han conocido la caza, es por todos sabido que ésta no es sólo salir al campo y pegar tiros (afirmación del todo absurda), la realidad de la actividad, es que la Caza es mucho más que salir y abatir animales (o no), es infinitamente mucho más. Abarca desde el cuidado de nuestros perros, hasta el mantenimiento y aprovechamiento de los ecosistemas en los que cazamos (donde desbrozamos cortaderos y limpiamos monte, donde llevamos agua y comida a los animales cinegéticos o no en épocas de escasez, etc), pasando por la riqueza natural que aportamos (y a la supervivencia del lince o de águilas reales me remito por ejemplo), sin olvidarnos del beneficio directo e indirecto que dejamos en las poblaciones rurales, en las ayudas que realizamos a los agricultores y ganadores contra sus daños, y hasta la degustación final de la carne silvestre que depositamos y compartimos en nuestras mesas. 



A lo anterior que no deja de ser una idea muy plausible de la actividad y que además en su conjunto ofrece cuanto de positivo hay en la caza, quizás pueda caer en la trampa de ser algo muy genérico y dar argumentos y justificación a muchas otras actividades que sin ser caza puedan parecerlo, y ojo que con esto no digo que sea malo.

La caza al final para ser caza, se rige por una serie de normas de carácter totalmente legal que enmarcan la actividad. Pero hay otra serie de ideas y valores que la rigen o deberían regirla, primeramente aquellos de marcado carácter científico y conservacionistas del medio, y otros de marcado carácter personal y colectivo que hacen diferenciar la caza y a los cazadores de los que no lo son, y este conjunto de ideas y valores no son ni más ni menos las que se integran en la ética en la caza. 

Por tanto, la ética en la caza es aquella que siempre amparada en la legalidad vigente y en los factores científicos y conservacionistas busca desarrollar su actividad conforme a una moralidad lo más intachable posible, siendo justa con las circunstancias, ensalzando principios de dificultad y esfuerzo. 



La ética al final se apoya en una serie de valores y restricciones asumidas de forma colectiva, que mayormente son aceptadas y practicadas por una inmensa mayoría, como podrían ser las de no tirar a hembras seguidas de crías, la de respetar situaciones anormales como las producidas por concentración de fauna en determinado lugar por problemas ambientales transitorios como los de un incendio o nevada; pero al final hay otras impuestas de forma totalmente personal, como la de cazar sólo animales en determinadas circunstancias o con determinados métodos (cazar sólo con lanza y sin armas de fuego), y he aquí el primer punto conflictivo derivado de esto último. pues lo que para mi puede estar bien visto puede que para otro sea una aberración y al contrario.

Determinar que es ético y que no, es complicado, y la delgada línea que separa la comprensión y aprobación del prójimo con respecto a todo lo contrario a veces es muy delgada. No es sencillo.

Volviendo al inicio de ésta entrada, en la que hablaba sobre el debate originado por unos carteles de tiro a codorniz a tubo, unos y otros debatimos sobre si esto era primeramente caza (en los carteles incluso se llamaba cacería a uno de estos eventos), finalmente nos preguntábamos si era ética, y de no serlo, si este tipo de prácticas deberían ser prohibidas.

¿Es caza? Como ya he descrito anteriormente la caza debe de ser mucho más que intentar abatir piezas, debe conllevar una serie de requisitos implícitos, entre los que yo incluiría siempre los legales, los amparados por la conservación y gestión del medio y los de carácter éticos colectivos.  Bajo mi modesta opinión, esta actividad, junto con las de tiradas al pichón, no pueden llamarse caza bajo ningún concepto, si acaso precisamente eso... Tirada.



Si pienso en sueltas de perdices/faisanes/palomas me ocurre lo mismo, sólo que en vez de en una cancha, en el campo. Sin más. Nada de caza. Si hablamos de sembrar un campo con especies el mismo día de la cacería bien en mayor o menor, la cosa cambia con respecto a las dos anteriores aunque me sigue sin parecer cuanto menos caza auténtica. Cercones con garantías lo mismo. En cambio aquellos lugares donde se siembra con intención de repoblar o con tiempo suficiente de aclimatación, ya estamos hablando de gestión y conservación y esto último si lo considero caza (evidentemente pienso en repoblaciones justificadas, responsables, legales y con especies totalmente autóctonas)

¿Es ética? ¿De no serlo deberían de prohibirse? Este punto es muy conflictivo y como antes voy a volver a dar mi opinión particular, que como se suele decir las opiniones son como los culos, cada cual tiene el suyo y sobre todo porque ya entramos en percepciones personales. Yo ya he aclarado que este tipo de prácticas no las considero caza, y para mi deberían estar muy apartadas de nuestra actividad. Yo no he ido a ninguna tirada de codornices o pichones en una cancha, pues bajo mi forma de entender  no me aporta absolutamente nada cinegeticamente hablando. Para mi la caza es el entorno, es la dificultad, es la escasez, es la posibilidad de supervivencia, es en definitiva otra cosa. Yo no digo que en un futuro no pueda ir a realizar estas prácticas, pero siempre bajo la sapiencia de que no estaré yendo de caza. En cuanto a si es ético tirar estas aves o que estas tiradas denigran a las especies abatidas y que por ello deberían prohibirse... Lo tengo claro muy claro, y es que no es ético para mi, al final peco de redundante, pero si este tipo de tiradas no son caza para mi es razonable que no me parezcan éticas pues carecen de todo lo que ya he explicado, pero de ahí a abogar por su prohibición dicta un mundo.


Jamás abogaría por la prohibición de una actividad simplemente porque a mi no me guste, porque yo no lo practique o porque yo no lo vea ético. Hace un tiempo era bastante más radical en este tipo de ideas, pero con el tiempo me voy dando cuenta que hay que abrir la mente e ir más allá. De hecho detrás de estas prácticas hay mucha gente que  si acude a ellas, que las disfruta y le gustan, ¿quien soy yo para prohibirles? Además no hay que olvidarse que de esto hay muchas familias que también viven directa e indirectamente.Las actividades deben finalizarse por si mismas, cuando no susciten interés en los que las practican y  cuando aquellos que vivan de ello puedan reciclarse hacia otro tipo de forma de vida.



 No hay que olvidar además, que cuando se abre la puerta de la prohibición por lo que cada cual encuentra ético, entramos en el bucle de que habrá quien encuentre poco ético la utilización de armas semiautomáticas, otros que consideren que la utilización de armas de fuego sea restar oportunidades al animal, otros que crean que debamos cazar directamente con lanzas y en taparrabos, y bromas aparte dando alas a nuestros detractores y a su argumentario para prohibir nuestra actividad pues para ellos independientemente del bien que genera en el campo no les parece ético ni natural la muerte de un animal.

En este sentido, no me quiero olvidar del debate también ético que produce en el sector la utilización de la tecnología, donde entran la utilización de visores térmicos, nocturnos, de alta definición y distancia, reclamos, silenciadores, armas de super repetición, y un largo etcétera. Desde luego es algo que puede dar para mucho, y dado que este es mi blog, yo voy a dar la mía. Creo que la utilización de la tecnología que ayude en primer lugar a aumentar la seguridad de los cazadores y del entorno deben no ser sólo aprobados por la mayoría sino de utilización o aprobación masiva. En segundo término aquellas herramientas que nos permitan evitar sufrimiento a las piezas a abatir lo mismo. Y aquellas que nos ayuden a restar defensas y escapatorias a dichas piezas, pues francamente yo no voy a decir lo que cada cual tiene o dejar que hacer pero si lo dejaría a un ámbito ético más personal, donde cada cual debe de decidir donde esta su baremo sin que nadie deba de prejuzgar.

Hay quien pueda pensar que no abogar por la prohibición de aquellas cosas que se escapan a sus gustos y ética, puede conllevar que muchos detractores de la caza en general, puedan utilizarlas para denigrarla. Esto puede hacerles a razonar que debamos ponernos en frente e incluso pedir la abolición de dichas cosas, pero ya lo he dejado claro y es que en este sentido "prohibido prohibir" pues creo firmemente que la caza debe cada vez más abrazarse y profundizarse en ser una actividad avalada por la ciencia, y por ende servir de herramienta de conservación y gestión del medio, y buscar apartarse de aquellas cosas que tiene asociadas que no representan esto, pues de esta manera estaremos avalando una actividad con valores más fuertes, llena de ética y por tanto con menos fracturas que puedan cuestionarse, sin tener que caer en la trampa de prohibir o anular lo del prójimo por ser contrario a mi.





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2 comentarios:

  1. Muy bien explicado, Dani. Como ya te comenté en otras ocasiones (y tú lo has mencionado) hay que reivindicar el conservacionismo frente al ecologismo (o ecologetas) y el animalismo (o animalistos). Es decir, el valor conservacionista de la caza, el que Félix tenía.
    Porque para mí ¿qué es ser conservacionista? Para mí es buscar el equilibrio entre la acción del ser humano y la del medio natural. Por ejemplo, un ecologista se negaría a que construyesen urbanizaciones y se encadenaría a una excavadora haciendo el numerito. Por el contrario, un conservacionista buscaría la manera en la que esa construcción no afectase al medio natural para que humanos, animales y plantas no se vean afectados. Del mismo modo que (salvando las distancias), como se dice, si a alguien de derechas no le gustan los toros, simplemente no va a las corridas y ya está. En cambio, si a alguien de izquierdas no le gustan los toros no se conforma con eso, sino que recogerá firmas, gritará por un altavoz y hasta se desnudará embadurnándose con pintura roja.
    Siempre me han gustado los animales, desde muy pequeño. Pero precisamente como conservacionista defiendo el equilibrio. Ni puedo aprobar la matanza de especies en peligro de extinción ni puedo aprobar que una especie como el corzo, que es muy prolífica, pueda campar a sus anchas en detrimento de la agricultura. Naturalmente, las plagas se controlan, si no viviríamos en el antiguo Egipto... Y eso es lo que, como bien apuntabas, constituye su valor científico en cuanto a la reanudación del ciclo. Por eso me gusta el último párrafo del post.
    Opino también, como dijo Santi Abascal, que muchos a animalistos se les llena la boca, pero no saben diferenciar entre una paloma y una tórtola. Gente más urbana que las farolas, que dicen defender a los animales, pero ven un poco de hierba y se desmayan. De hipócritas está el mundo lleno...
    En ese sentido ético al que apuntas es muy importante incidir en los ciclos vitales, en el respeto a la veda, en la persecución de la presa y no en buscar la forma fácil/gratuaita de abatirla, porque ahí ya no hay ética, ni respeto a la presa. Ahí se perdería entonces el espíritu ancestral que nos une a nuestros antepasados, a aquellos tiempos remotos en los que la caza no solo era sustento, sino conexión con la naturaleza. Eran las deidades prehistóricas, las fuerzas chamánicas invocadas para fortalecer a los miembros de la tribu con su carne, sus pieles, sus huesos, etc. Hay una cadena que parte de aquellos tiempos que creo que los cazadores no habéis perdido, pero que se pierde en aquellos que no hagan un uso ético de la caza.
    En el caso de las tiradas de palomas, como dices, yo tampoco lo veo como caza. Más que nada porque no se cumple el respeto al entorno, al que apuntas. En el acebal de Garagüeta, que es una reserva natural soriana, vi esta pasada Navidad que habían organizado una de esas y habían dejado toda una zona llena de cartuchos. Naturalmente, en ese caso no se respeta el entorno, no hay un respeto tampoco a la presa (para mí es una matanza sistemática sin espíritu deportivo siquiera) y creo que no se debe permitir por estas razones que digo. En este caso, se rompe ese equilibrio.
    No sé si toda esta parrafada que he soltado habrá servido de algo o es un completo rollazo jaja.
    Saludos
    Diego

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  2. De rollazo nada muy interesante ver tu opinión y tus aportaciones como siempre

    Un abrazo Diego!

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