jueves, 22 de noviembre de 2018

TIEMPO DE MIGAS... Y DE HUEVOS


Hace un par de semanas íbamos mi padre y yo, de montería al pueblo. Como siempre, con la certeza de pasar un rato agradable juntos. La rutina semanal, llena de trabajo y con horarios imposibles, no nos permite juntarnos entre semana. Además, ya hace tiempo que tomé vuelo y deje el nido. Estar de caza nos permite ponernos al día, de contarnos cosas interesantes, y en definitiva, de disfrutar de esa agradable compañía que uno siente cuando está con su padre.

Siempre todo se inicia en el coche, donde las charlas entre nosotros amenizan el viaje. Hablamos de todo. A veces, cosas sin importancia, otras importantes, y una gran parte muy importantes. Son las que tratan sobre caza, por supuesto. Aquella mañana no era menos...

- “Pues yo creo que hoy se debería dar bien".

 - “Sí sí, pero que nos toque cuerda”.

-  “¿Cuerda? Pues el sopié es precioso. Tiene tiro al respaldar de la quejiga. Aún recuerdo aquel venado que se descolgó cuando el año de la ciclogénesis explosiva, o como se diga. Increible”.

- “Jo-pé, aún no entiendo como no disecaste ese venado..."

- “No siempre hay espacio... y sí, ríete, que cada vez tú también tienes menos... Ya lo estás viendo, con la llegada de mi nieto...".

Me quedé reflexionando sobre esto, pero pronto los propios acontecimientos del paisaje cambiante propiciaron nuevos pensamientos y charlas:

- “Jo-pé como se nota el agua. Que verdecito se ve todo".

- “Pues sí, es gloria bendita. Que pena de año anterior. A ver cómo está el pantano".

- “Pues cada semana espero que mejor. Como la caza, que también yo creo que va ser buen año. Ya llovió bien esta primavera y eso es bueno. Los bichos crían bien así. Ya sabes: tengo cruzada la estadística con año de aguas, y suele cuadrar. No obstante, la limpia de la solanilla, va a rebajar mucho los números...”

- “Al final ¿no se da?"

- “Que sé yo”

- “Bueno, si no es ahora, pues que sea para las esperas pero, este año, no me pierdo una".

- “Sí sí... a ver cómo estás tú para entonces con el niño. jajaja..."



Llegó el momento de las migas. En mi pueblo, de un tiempo a esta parte, se sirven con huevo frito. ¡Gran debate el del huevo frito! ¿Blasfemia, o genialidad? Casi tan bárbaro como el de la tortilla de patata. ¿Con cebolla, o sin ella? El caso es que, a la chita y callando, llega el momento en el que el cocinero me sirve mi huevo frito; y en ese instante, como un “flash”, recuerdo las charlas matutinas y le suelto a mi padre:

- “Oye papá, Ahora que voy a ser padre, ¿esto de los huevos fritos... cómo funciona? Ya sabes, por aquello del “hasta que no seas padre no comerás huevos”. ¿Ya me los puedo comer, o hasta que no nazca el niño no puedo tomarlos? Y entonces, ¿qué pasa? ¿Me los llevas al hospital, o cómo va este tema?"



Entre risas y bromas, debatimos los allí presentes antes de continuar con otros asuntos que nos van surgiendo entre torreznos, migas, y sí: entre huevos fritos también. O no. Que cada cual, va eligiendo libremente y determinando, si hay que ser padre para comerlos.

Las migas, una vez más, se convierten en ese momento donde la gastronomía se mezcla con el ámbito social, donde el sabor del plato se entremezcla con ilusiones, esperanzas e historias de lances pasados y venideros. También con debates, conversaciones de "ponerse al día", o como el que ya he relatado antes con bromas, simpatías y conversaciones agradables con tus amigos y compañeros, e incluso... entre padres e hijos.

La jornada siguió, transformándose en una bonita montería para el recuerdo. Por mucho que sople el aire e incluso, medio llueva (como era el caso), estando de caza, a mí, el campo, siempre me va bien esté como éste. Los resultados sirven para valoraciones pero, nunca nunca, valoraciones sentimentales. No vimos ni cobramos nada, pero el recuerdo de lo trivial de la jornada y de seguir compartiendo momentos, ya de entrada, quedará guardado en este “blog”, y en el recuerdo para mi futuro hijo: de cómo en un día de caza, su abuelo y yo, hablábamos de su próxima venida al mundo... y de cómo funciona lo de los huevos fritos.





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