miércoles, 10 de enero de 2018

FN BROWNING 30-06 SEMIAUTOMATICO con visor Lisenfeld spezial en 1´5 6 x42 con Montura Appel




Hablar de este rifle es hablar a día de hoy del noventa por ciento de mis experiencias cinegéticas.  Hace 25 años  mi padre se compró este rifle en Armeria La Caza en Toledo, guiándose por los consejos de Ignacio, amigo y famila. Somos una familia humilde y tener un rifle ya era un gran lujo y por ello buscaba un arma que subiera las prestaciones de su escopeta y que fuese suficiente para ir de caza en montería, su modalidad favorita y la que supone la totalidad de sus salidas y que sobre todo fuera un arma que realmente mereciera la pena y que le fuese a ser permanente en el tiempo. Todos estos años después podemos garantizar que fue una compra que bien mereció la pena.

 


No necesito buscar mucho en mi memoria para retrotraerme a la infancia en la que con ojos de curiosidad y de fascinación observaba a mi padre largo y tendido cada vez que bien lo sacaba para limpiarlo, o bien lo sujetaba con firmeza en el puesto. Por aquel entonces mi padre era muy hábil tirando y francamente yo no le vi fallar caza hasta hace poco, lo que me hacía pensar en mi mente infantil que ese rifle era infalible y pensar que no había mejor arma en el mundo. Ahora ya sé que los lances bien resueltos dependen más del indio que del arco y de las flechas, aunque la calidad de estas ayudan y mucho.



 

Sigo mirando al pasado y una sonrisa brota de mis labios al recordar mis inicios monteros, que como no podía ser de otra manera fueron con este rifle. No tuve el típico inicio en caza menuda, con escopetas o con calibres pequeños, porque sería contar experiencias que a la postre fueron más anecdóticos que escuela. Mi padre era cazador de montería y en esta modalidad fue donde el veneno de esta pasión me alcanzó. No practicaba otras modalidades por lo que tuve que aprender rápido y de golpe. Por entonces el posible retroceso me daba respeto, que cosas hoy en día fruto de la adrenalina de los lances es algo que ni noto. La suerte del principiante pronto me vino a visitar brindándome para siempre un bonito venado, pero con los sucesivos fallos a jabalí que vinieron después (y los que hoy en día siguen viniendo) fue con los que de verdad aprendí.

 



Hoy en día, el rifle, sigue estando a nombre de mi padre, pero soy yo el que lo sigue utilizando. Evidentemente cazo con este rifle porque es el que tengo a mano, y también porque no decirlo por un cierto sentimiento de cariño que me embarga cada vez que lo tengo en mis manos. Pero esgrimir sólo estas dos razones es faltar a la verdad y es que me encanta “como caza la perrita”.

 

Mentiría si no admito que comparado con los rifles que hoy en día están en las armerías es algo pesado y que su forma de cargar las balas en especial la primera no me gusta y algún disgusto en forma de encasquillamiento me ha causado, pero tiene un encare muy bueno, el gatillo es suave y rápido, el seguro está localizado en un buen sitio, el retroceso es comedido y su calibre a día de hoy me parece más que aceptable. Que sea semiautomático, pese a que a muchos no gusta, para cortaderos y traviesas determina la diferencia con cualquier cerrojo ya que en lo que un rifle de cerrojo está recargando yo ya he tirado mis tres balas si acaso lo he necesitado en ese corto espacio de tiempo.




Pero hablar del rifle sin hablar del visor, es poco hablar ya que el uno va con el otro. Nosotros gastamos un Lisenfeld spezial en 1´5 6 x42 con Montura Appel. Es un visor correcto que evidentemente a día de hoy se ha quedado desfasado. Como positivo diré que enfoca bien, se ve con nitidez, su cruz no molesta y ayuda a apuntar, y sus aumentos permiten utilizarle en cualquier circunstancia en montería.

 

Este es mi equipo actual con el que he conseguido grandes días de caza y con el que espero poder seguir teniendo muchos más.



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